- Área: 1 m²
- Año: 2011
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Fotografías:Alessandro Bo , Marco Antonio Pacheco, Donna Roberts
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Club de Patos está ubicado en Sisal, población de pescadores a 46 kilómetros al norte de Mérida. El proyecto se realizó aprovechando la planta de un conjunto que funcionaba al menos desde hace 50 años como albergue para cazadores de patos. El principal reto del proyecto arquitectónico fue conservar ese ambiente austero e informal, dotándolo de una nueva infraestructura. Se volvieron a hacer todas las instalaciones, se agregaron algunas que no existían: planta de tratamiento de aguas negras, líneas telefónicas, riego automatizado, calentadores solares, Internet inalámbrico, aspersores de repelente de moscos, etc.
Se re-estructuraron los muros, algunas losas se volvieron a hacer, los edificios eran muy bajos y los espacios muy obscuros. En los cuartos se aumentó el área casi al doble, se agregaron terrazas y se construyeron nuevas fachadas. Se cambiaron todos los acabados interiores y exteriores. Para la alberca se hizo un nuevo trazo dentro del cajón existente. En el diseño de paisaje se buscó la conservación de la duna costera existente, y dar mayor privacidad a los cuartos. Esto se logró con nuevos senderos de acceso a cuartos y nuevas dunas, densificando la vegetación original. En el camino de acceso al hotel se construyó una serie de ondulantes muros de piedra. Se construyó una terraza ligeramente elevada con una palapa que se utiliza como restaurante o salón de usos múltiples, con la vista de la alberca y el mar. Se diseñó una celosía en barro para la fachada principal al mar. En el acceso al hotel se construyó un patio de altos muros de piedra que recibe a los huéspedes con una vegetación tropical. Los materiales utilizados en los interiores fueron: en muros, piedra local y “Chukum” (aplanado que se usa comúnmente en la península y que incluye la corteza de un árbol, no se tiene que pintar), en los pisos: mosaico de cemento con un diseño nuevo, colorido y vibrante, producido en una fábrica local.
En el exterior los muros tienen “K’áankab” (aplanado que incluye una tierra roja local, no se tiene que pintar y cuando se moja, el rojo de la tierra se vuelve más evidente). Para pisos: grava, rajuela de piedra y piezas de concreto coladas que se utilizan en Yucatán como celosías en fachadas y que nosotros utilizamos como cenefas y remates. La ventanería es de madera, con persianas que tienen mosquitero pero no vidrio.
Para los cuartos se diseñó el mobiliario en madera de cencerro y tejido de fibras naturales. Los pocos elementos decorativos son piezas de artesanía muy simples, mobiliario reciclado o elementos naturales encontrados en la playa (madera, conchas, semillas). Todos los espacios se volvieron accesibles para personas con problemas de movilidad. Las áreas públicas están separadas de los cuartos, los espacios son amplios e informales, hay un salón con el billar y el bar, zona de juegos de mesa y de lectura y una sala de TV.